A pesar de que disfruto tanto de ser mujer, siempre me he considerado una mujer diferente. Ese tipo de mujeres auténticas que escasean:
Las que prefieren tener de 3 a 5 mejores amigas de diferentes círculos por que se aburren en los grupos de mujeres grandes, a las que yo llamo "gallineros", porque todo el tiempo están hablando de superficialidades (hombres, ropa, viajes, dinero, dietas y más dietas), sacándose la garra entre ellas mismas, dándole una y mil vueltas al mismo asunto, moviéndose de un lado para otro (cacaraqueando), además de que suelen ser celosas y tienden a limitar otras amistades: -No te juntes con fulanita, no le hables a manganita... Enserio?
Las que tienen más amigos hombres, que amigas. Como dije anteriormente no encajan con el estereotipo común de las mujeres. Simplemente están más cómodas con hombres por que pueden tener una conversacion relajada, ser ellas mismas, reírse de cualquier tontería y a la vez sentirse protegidas por sus amigos. Aunque.. aquí entre nos, he llegado a la conclusión que a los hombres les encanta sacar más la garra que a las mujeres...
Las que no se averguenzan y prefieren hablarle a todo tipo de personas, porque saben que cada persona tiene una historia que contar, que a veces son esas historias de las que más aprendemos y precisamente que a veces esas personas son las que más valen la pena para conservar una amistad.
Las que disfrutan cada momento de la vida. Cuidan su salud y su apariencia sin caer en los extremos de la vanidad y del orgullo. Comen saludable, hacen ejercicio, y también son capaces de disfrutar una rebana de pizza, un helado o café regular. No se ponen lo kilos de maquillaje para salir a la esquina de su casa, no se martirizan matándose de hambre, y cuando llegan a romper la dieta, la rompen con ganas.
Las que "son como son" sin querer impresionar a nadie, ya que se adaptan a las circunstancias pero tienen una personalidad propia y segura, aceptan que los demás son diferentes, expresan lo que piensan y respetan la forma de ser de los demás. Que difícil sería darle gusto a todas las personas no? Ellas hasta son capaces cantar desafinadamente o bailar con sus dos pies izquierdos sin importar lo que digan los demás.
Las que a pesar del mal tiempo, siempre muestran su mejor cara. No es que sean hipócritas, pero es más fácil sonreír y llevar la fiesta en paz con las personas que no congeniamos, a crear un campo de batalla en la escuela o en el trabajo. Asimismo, es mas sano tratar de sonreír cuando tenemos una dificultad muy grande, que andar desanimados o malhumorados. De cualquier manera desquitarnos con los demás, llorar, o enojarnos no va a solucionar nunguna situación.
Las que son pobres y delicadas. Que les gusta la buena vida porque saben que no se necesitan los miles $$$ para verse bien, para ser inteligentes, para divertirse y sobre todo para darse unos lujitos de vez en cuando. No exigen ni se frustran cosas materiales, pero buscan salir adelante, prepararse profesionalmente, las oportunidades, la justicia y la igualdad.
Y las que son chapadas a la antigua. Que les encanta ser mujeres y que las traten como tal. Apoyan la libertad de género y les gusta valerse por sí mismas. Saben que no necesitan de un hombre para salir adelante, pero nunca está demás una ayudadita para cargar cosas pesadas. Están conscientes de que no existen los principes azules, que hoy en día no todos te abren la puerta del coche, o pagan la cuenta en el restaurant; que los chocolates y las rosas están pasadas de moda para la mayoría, pero aún guardan esa dignidad y esa esencia femenina que las hace darse a respetar y esperar por al menos un hombre que las merezca. Al igual que los caballeros, también este tipo de mujeres están en peligro de extinción.
Y las que son chapadas a la antigua. Que les encanta ser mujeres y que las traten como tal. Apoyan la libertad de género y les gusta valerse por sí mismas. Saben que no necesitan de un hombre para salir adelante, pero nunca está demás una ayudadita para cargar cosas pesadas. Están conscientes de que no existen los principes azules, que hoy en día no todos te abren la puerta del coche, o pagan la cuenta en el restaurant; que los chocolates y las rosas están pasadas de moda para la mayoría, pero aún guardan esa dignidad y esa esencia femenina que las hace darse a respetar y esperar por al menos un hombre que las merezca. Al igual que los caballeros, también este tipo de mujeres están en peligro de extinción.
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